Cómo Mill cerró el trato con Amazon y Whole Foods

Mill puede haber comenzado con los hogares, pero el cofundador y CEO Matt Rogers dice que la startup de residuos alimentarios siempre aspiró a expandirse hacia clientes comerciales.

“Esto ha sido parte de nuestro plan desde nuestra presentación de la Serie A”, dijo Rogers a TechCrunch.

Ahora, con un acuerdo oficial cerrado con Amazon y Whole Foods, el plan de la empresa para obtener ganancias gestionando los residuos alimentarios de otros es un poco más público.

Whole Foods implementará una versión a escala comercial del contenedor de residuos alimentarios de Mill en cada una de sus tiendas de comestibles a partir de 2027. Los contenedores triturarán y deshidratarán los residuos del sector de productos frescos, reduciendo los costosos cargos de vertedero y, al mismo tiempo, proporcionando alimento para los productores de huevos de la empresa. Ambas acciones reducen los costos generales de la compañía.

Al mismo tiempo, los contenedores de Mill recopilarán datos para ayudar a Whole Foods a entender qué se desperdicia y por qué, ayudando al supermercado a controlar aún más los costos. “En última instancia, nuestro objetivo no es solo hacer que sus operaciones de residuos sean más eficientes, sino también intervenir antes en la cadena para que realmente desperdicien menos comida”, dijo Rogers.

La empresa comenzó a vender contenedores de residuos alimentarios para hogares hace algunos años. Como era de esperarse de un equipo que creó el termostato Nest, los dispositivos están bien diseñados y — para usar un cliché de Silicon Valley — pueden ser un placer de usar. Mis hijos se divirtieron mucho probando las primeras y segundas generaciones de los contenedores.

“Comenzar con el consumidor fue muy intencional porque así construís los puntos de prueba, los datos, la marca, la lealtad”, dijo Rogers. Muchos miembros del equipo de Whole Foods ya usaban Mill en sus casas cuando ambas empresas comenzaron a dialogar.

“En realidad, es un poco nuestra estrategia de ventas empresariales”, continuó Rogers. “Tenemos conversaciones con la alta dirección de nuestros clientes ideales y, si aún no han tenido Mill en casa, les decimos: ‘Probá Mill en casa, fijate qué piensa tu familia’. Es una manera segura de entusiasmar a la gente.”

La startup comenzó a dialogar con Whole Foods hace aproximadamente un año, según Rogers. En los meses siguientes, Whole Foods probó la versión para consumidores en algunas de sus tiendas. Mill utilizó los comentarios de Whole Foods para perfeccionar su modelo comercial.

Pero lo que ayudó a cerrar el acuerdo fue la capacidad de Mill para identificar residuos alimentarios antes de que se desperdicien. Mill ha desarrollado una IA que utiliza una variedad de sensores para determinar si los alimentos que ingresan al contenedor aún deberían estar en la góndola. Minimizar el “shrink” —el término de la industria para las ventas perdidas por desperdicio o robo— puede dar a los supermercados una ventaja en un mercado ferozmente competitivo.

Los avances en los modelos de lenguaje de gran tamaño han sido clave, dijo Rogers. Cuando él y el cofundador de Mill, Harry Tannenbaum, estaban en Nest, les llevó decenas de ingenieros y un “presupuesto de Google” más de un año entrenar las cámaras Nest para reconocer personas y paquetes. Con los nuevos LLMs, Mill solo necesitó un puñado de ingenieros y mucho menos tiempo para lograr resultados superiores, según Rogers, quien afirmó que “la IA es un gran habilitador”.

El uso de IA permitió a Mill entregar una versión comercial más rápido, diversificando su base de clientes y su fuente de ingresos.

“Si sos una empresa de un solo canal y un solo cliente, sos frágil”, dijo Rogers. “Yo crecí en Apple durante la era del iPod”, comentó. “Apple en ese momento era un negocio de una sola pata. El iPod representaba como el 70% de los ingresos de la empresa. Por eso hicimos el iPhone. Steve [Jobs] nos presionó mucho con el iPhone porque le preocupaba que empresas como Motorola —que en ese momento trabajaban en smartphones— empezaran a quitarnos el negocio del iPod y eso nos aplastara. Necesitábamos construir otra pata para el banco.” 

Y parece que Mill no ha terminado de agregar patas a su banco figurativo. Rogers dijo que también están trabajando en desarrollar un negocio municipal.

“Seguimos sumando más patas al banco y agregando más diversidad al negocio”, afirmó.