A pesar del respaldo institucional, bitcoin sigue debilitándose y pone a prueba la confianza de los inversores.

• 17 de diciembre de 2025
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• 09:57 (UTC+8)

La reciente caída de bitcoin ha inquietado al mercado, no tanto por su magnitud, sino por el contexto en el que ocurre. Este activo se está debilitando en un entorno que, en el pasado, debería haberle brindado soporte.

No ha habido colapsos importantes de exchanges, ni una ofensiva regulatoria severa, ni una pérdida repentina de acceso por parte de inversores institucionales. Sin embargo, el impulso alcista se ha desvanecido rápidamente, el precio de bitcoin está muy por debajo de los máximos de octubre y los inversores se ven obligados a reevaluar sus expectativas recientes.

La ola de ventas se intensificó esta semana, con caídas diarias de bitcoin que superaron el 5% y una baja acumulada de aproximadamente el 7% en lo que va del año. Si bien la magnitud no es tan severa como en los desplomes de mercados bajistas anteriores, la ausencia de catalizadores claros hace que el movimiento sea más difícil de interpretar.

Un mercado que ya no reacciona a señales positivas

En los últimos dos años, el mercado cripto ha experimentado cambios significativos. Los inversores institucionales han ampliado su participación a través de productos regulados, los mecanismos regulatorios se han fortalecido y la opinión política en Estados Unidos ha comenzado a inclinarse a favor de los activos digitales. A principios de este año, los ETF de bitcoin atrajeron miles de millones de dólares y los inversores corporativos continuaron acumulando criptomonedas. En condiciones de mercado anteriores, estos factores probablemente habrían sostenido una tendencia alcista prolongada en los precios de las criptomonedas.

Sin embargo, bitcoin ha retrocedido considerablemente desde el máximo histórico de más de 126,000 dólares alcanzado a principios de octubre. El volumen de operaciones sigue siendo bajo, los flujos de los ETF han pasado a ser negativos y la demanda en el mercado de derivados para reconstruir posiciones largas es muy limitada. Incluso la continua compra por parte de la empresa de Michael Saylor, Strategy, no ha logrado frenar la caída, lo que resalta la escasa demanda adicional en los niveles de precios actuales.

Según Pratik Kala, gestor de portafolio de Apollo Crypto, muchos inversores esperaban un fuerte soporte dada la cantidad de desarrollos favorables, pero la falta de compras posteriores los ha sorprendido.

La caída de la participación reemplaza al pánico vendedor

A diferencia de caídas anteriores, la actual no está impulsada completamente por el pánico o liquidaciones forzadas. Si bien a principios de octubre hubo una ola de liquidaciones de posiciones apalancadas, que se estima redujo la exposición al riesgo en 19,000 millones de dólares,

apalancamiento no se ha reconstruido significativamente desde entonces. Las tasas de financiación siguen siendo bajas y el mercado de opciones muestra una actitud cautelosa, más que optimista sobre el alza.

Esto ha resultado en una caída lenta y progresiva, en lugar de un colapso abrupto. Los participantes del mercado parecen dispuestos a reducir su exposición, pero dudan en volver a entrar, lo que genera un vacío de demanda y una baja gradual mientras el precio busca compradores.

La desconexión con el mercado accionario aumenta la inquietud

Otra característica notable del entorno actual es la divergencia entre bitcoin y los activos de riesgo tradicionales. El mercado accionario estadounidense sigue mostrando fortaleza, con el S&P 500 alcanzando máximos históricos y las tecnológicas liderando el avance. Bitcoin, que suele moverse en sintonía con las acciones de alto crecimiento, esta vez no ha seguido la tendencia alcista.

Esta divergencia sugiere que factores propios del mercado cripto dominan actualmente la evolución de los precios, y que una mayor tolerancia al riesgo en general ya no es suficiente para impulsar el precio de bitcoin. Para algunos inversores, esto plantea dudas sobre cómo asignar bitcoin en una cartera diversificada durante períodos de estabilidad económica.

Presión vendedora de los holders de largo plazo

La presión sobre los precios también se ve agravada por la venta de holders antiguos. Muchos de los grandes poseedores de bitcoin, que compraron a precios mucho más bajos que los actuales, están aprovechando la suba para vender, lo que limita la capacidad del mercado para absorber la oferta. Si bien este comportamiento no es raro tras fuertes subas, su impacto es más notorio cuando hay escasez de nuevos compradores.

Kala señala que, aunque la industria ha logrado muchos objetivos regulatorios e institucionales, la evolución de los precios no ha confirmado estos logros, lo que refuerza la perspectiva cautelosa a corto plazo.

Otro año de retroceso

Si bitcoin termina el año en baja, será la cuarta vez en su historia que registra un descenso anual. Sin embargo, a diferencia de años anteriores, esta caída no ha sido provocada por crisis o colapsos, sino que refleja la dificultad del mercado para adaptarse a una rotación de capital más lenta, menor apalancamiento especulativo y estándares de convicción más altos.

Por ahora, bitcoin parece estar transitando hacia una etapa más madura, donde el sentimiento positivo por sí solo ya no es suficiente para sostener el precio. Hasta que la participación y la demanda del mercado repunten de manera significativa, el mercado podría seguir bajo presión, incluso en ausencia de noticias negativas claras.