Los mercados de predicción dicen que es poco probable que BTC alcance los $100,000 para fin de año.

El umbral de los $100,000 para bitcoin fascina tanto como divide. Símbolo de adopción global y de un ciclo alcista completado, sigue siendo, al acercarse el final del año, una meta que se aleja. En los mercados predictivos, la convicción se erosiona: los apostadores ya no creen en ello. Entre una política monetaria incierta y el agotamiento de los flujos alcistas, el impulso parece suspendido. El escenario dominante ya no es la explosión, sino la espera. Y en este intermedio, bitcoin juega un papel más estratégico que eufórico.

Los mercados predictivos deciden: los $100,000 se alejan

En las plataformas de mercados predictivos, el escenario de que bitcoin supere los $100,000 antes del 31 de diciembre, tras su caída por debajo de este umbral, es ahora ampliamente minoritario.

Polymarket estima esta probabilidad en solo un 29 %, mientras que Kalshi, una plataforma regulada por la CFTC, muestra un 34 %. Estas cifras, registradas el 11 de diciembre, reflejan un consenso de mercado: a pesar del impulso alcista de las últimas semanas, las condiciones actuales no parecen estar dadas para un cruce inminente de este umbral simbólico.

El máximo alcanzado este mes sigue siendo $94,600, un nivel que no se ha superado desde el 13 de noviembre.

Varios elementos técnicos explican esta cautela entre los inversores:

• La formación de un triángulo ascendente visible en marcos temporales cortos, a menudo interpretado como una configuración alcista, pero que aún necesita confirmación;

• Una resistencia técnica situada entre $93,300 y $94,000, correspondiente a la zona de apertura anual, que BTC tiene dificultades para superar;

• Daan Crypto Trades, un analista seguido en X, estima que “el precio actualmente está presionando contra esta resistencia”, pero que en caso de ruptura, “simplemente podría volver a probar la zona de soporte previa alrededor de los $98,000”;

• La presencia significativa de liquidez en esta zona de $98,000 podría frenar cualquier intento alcista hacia los $100,000.

En otras palabras, el mercado se encuentra en una fase técnica de espera. La configuración del gráfico abre la puerta a un rebote hacia los $98,000, pero no da señales claras para un cruce sostenido de la marca de los $100,000 en el muy corto plazo. Por tanto, los mercados predictivos reflejan un sentimiento realista más que un rechazo completo del escenario alcista.

Débil apoyo institucional

Más allá del análisis técnico, un factor clave explica la cautela del mercado: la visible desaceleración de las compras institucionales.

Capriole Investments señala que la tasa diaria de compra de bitcoin por parte de empresas está disminuyendo. Una dinámica que podría reflejar una forma de agotamiento o cautela, especialmente en un contexto macroeconómico aún incierto.

Esta desaceleración de la demanda, a menudo motor de anteriores subidas, pesa mecánicamente sobre las perspectivas a corto plazo. A pesar de ello, algunos actores como Strategy continúan sus adquisiciones. La firma ha elevado sus tenencias a 660,624 bitcoins, tras una compra reciente de 10,624 BTC por aproximadamente $962.7 millones. Sin embargo, estas operaciones, aunque masivas, ya no son suficientes por sí solas para impulsar el mercado al alza.

Al mismo tiempo, las expectativas de un resurgimiento alcista vinculado a la política monetaria estadounidense no se han materializado. A pesar del reciente anuncio de una bajada de tasas por parte de la Fed, los inversores no se precipitaron hacia los activos de riesgo. La reacción moderada del mercado cripto ante esta decisión refleja un clima de cautela persistente.

Bitcoin sigue esperando una señal clara, tanto técnica como fundamental, para realmente volver a subir. En este sentido, las perspectivas inmediatas siguen siendo limitadas, aunque la tendencia subyacente sigue siendo estructuralmente alcista según varios analistas.

En un contexto de incertidumbre persistente, la aversión al riesgo sacude el mercado cripto, relegando los escenarios eufóricos a un segundo plano. Las apuestas se estrechan, y el umbral de los $100,000 se convierte menos en un objetivo y más en una prueba de paciencia para los inversores, que ahora son más cautelosos que especulativos.